En los medios

Clarín
2/03/18

Macri pidió un “ranking” de escuelas y desató una polémica

Hoy está prohibido difundir los resultados de cada colegio. Los expertos dudan de sus ventajas educativas. "No es con presión externa a las escuelas que se va a mejorar, sino con la generación de capacidades internas", apuntó al respecto Claudia Romero, directora del Área de Educación de la Universidad Di Tella.

Por Ricardo Braginski

Macri pidió un

“Tenemos que poder saber cómo le está yendo a la escuela donde van nuestros hijos. Hoy está prohibido por ley que se publiquen los resultados por escuela y eso no tiene sentido. Por eso les pido que este año legislativo avancemos para cambiar esa norma”, dijo el presidente Macri en la Asamblea Legislativa. Hacía referencia a la Ley de Educación nacional, del año 2006, que en su artículo 97 establece que la difusión de información sobre las evaluaciones educativas debe “resguardar la identidad de los alumnos, docentes e instituciones educativas, a fin de evitar cualquier forma de estigmatización”. El proyecto de ley que modifica el artículo -elaborado por los diputados radicales Karina Banfi y José Luis Riccardo- entraría mañana al Congreso.

Con el nuevo proyecto, el Gobierno se mete en un largo debate entre los especialistas de educación, que no está saldado y que encuentra a la mayoría poniendo unos cuantos reparos a la difusión pública de los resultados por escuelas. Esa medida existe solo en países anglosajones y latinoamericanos como México, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Pero muchos ya están dando marcha atrás.

“El proyecto está alineado con una política de mayor transparencia hacia afuera pero no de mejora educativa”, dice Claudia Romero, directora del área de Educación de la Universidad Di Tella. “No es con un paradigma de presión externa a las escuelas que se va a mejorar, sino con uno de generación de capacidades internas. Hoy, para la educación, me parecen más importantes y urgentes otros proyectos de ley, como reforzar la carrera docente, o nuevas condiciones de trabajo de los maestros”, afirma.

Y agrega: “generalmente las escuelas que tienen peores resultados son las que atienden a los sectores socioeconómico más bajos. Entonces, hay un riesgo de que se refuercen los circuitos de calidad, es decir, aquellos que tienen menos expectativas educativas elijan a las peores. O las familias que tienen más aspiraciones elijan a las mejores posicionadas. Eso lo que hace es acrecentar la brecha, si es que no se toman otras medidas al mismo tiempo”.

Gustavo Iaies, director del departamento de Educación ESEADE, coincide bastante en el enfoque. “Todavía no se trabajó en las escuelas con los resultados de las pruebas Aprender, para mejorar junto a los docentes y los directores. No podés exponerlos entonces ante los padres si antes no trabajás con ellos estrategias de mejora. Los matás. Estoy de acuerdo que la información tiene que ser pública, pero no sin antes trabajar en mejorar las escuelas”, le dijo a Clarín.

El que defiende la medida es el diputado José Luis Riccardo, que mañana tiene previsto presentar el proyecto en la Cámara de Diputados. “La sociedad nos está exigiendo transparencia. La medida es positiva para visibilizar a las instituciones con problemas y ver cómo las podemos mejorar. ¿Cuál es el motivo por el cual no se pueda develar información sobre una institución pública como la escuela? Es una institución de la cual todos formamos parte. Es un modo de luchar por la transparencia”, dijo el diputado a Clarín.

Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, siempre fue crítico con la publicación de datos por escuelas. “La medida tiene efectos potencialmente perjudiciales. Puede generar efectos de identificación de escuelas como de alta o baja calidad pero en realidad lo que muestra la prueba es el nivel socioeconómico de los alumnos. El peligro es que lo que uno piensa que es una escuela de calidad en realidad sea de alto nivel socioeconómico y puede ampliar la desigualdad: una familia puede pensar que la escuela es mala cuando en realidad atiende a alumnos con mucha pobreza. Esto ya está muy analizado”, dice.

Y agrega: “Además, lo que hace es atacar al sistema, pone en duda a los docentes, los acorrala todavía más. Hacer una batalla política de un tema que no sabemos si mejora la calidad y puede generar más desigualdad me parece una batalla equivocada. Hay más batallas importantes que esta por la cual vale la pena un debate con los sindicatos y la sociedad, como la carrera docente, la formación docente, entre otras”.

Clarín también habló con Miguel Duhalde, secretario de educación de del gremio docente Ctera, que afirma que la difusión de los datos estigmatiza a las escuelas con malos resultados.“Guiarse solo por un resultado de una sola prueba nos parece una medida injusta y discriminadora. Las escuelas terminan siendo estigmatizadas. Los resultados de Chile mostraron la gran segmentación y desigualdad que genera, por lo cual los pibes que más problemas tienen son los que están en las escuelas donde hay pobreza, desigualdad, injusticia. Así, se estigmatiza más a las escuelas con más problemas”.

Entraría mañana al congreso

El proyecto de ley que habilita la difusión de resultados de la prueba Aprender por escuela fue impulsado por los diputados Karina Banfi y José Riccardo. Había sido presentado en noviembre y mañana volvería a ingresar a Diputados.

Riccardo le aclaró a Clarín que la nueva versión “resguarda la identidad de alumnos y docentes, en el caso de escuelas rurales muy chicas en las que esas identidades pudieran ser vulneradas”.